CRÓNICAS 2007

EXTREMADURA

José Luis Álvarez Quirós

Esposo de nuestra compañera M.Luz Villafruela de O.P. Oviedo

MIS IMPRESIONES DE UN VIAJE A EXTREMADURA

Viernes.

Tras recoger a todos los participantes en el viaje, de Gijón, Avilés, Oviedo y Mieres, iniciamos el viaje a Extremadura en un autocar magnífico y nuevo que nos envió Llaneza y con un chofer estupendo, Valdés. Después de pasar Benavente hay que hacer una parada “técnica” en todos los sentidos, por el chofer y por  los viajeros. El lugar elegido no fue un acierto,  pues había muchísima gente de otras excursiones y no limpiaban ni los suelos, ni la barra, ni las mesas y lo que es peor, ni los servicios, una autentica “asquerosidad” Se decide que, a la vuelta, no pararemos allí.

El día nos acompaña con un sol radiante y pronto pasamos la ciudad de Zamora, para ir en busca de tierras charras y llegar hacia las 13,30 a Plasencia, donde comeremos. Damos un brevísimo paseo y enseguida, al hotel Alfonso VIII para comer unos huevos revueltos con ajetes, truchas con alcaparras y piñones y arroz con leche, de postre.

Cuando estamos terminando de comer aparece la que será nuestra guía durante toda la excursión, ella es María Jesús. Hacemos la visita de Plasencia conociendo la Plaza Mayor y las callejuelas que la rodean llenas de casa con escudos nobiliarios y recuerdos al rey Alfonso VII, vemos por fuera la Catedral (Concatedral pues comparte título con la de Coria) con la enorme cantidad de nidos de cigüeñas, que están a punto de llegar a ocuparlos. También vemos el Palacio del Marqués de Griñón, el parador nacional, etc. , la iglesia en la que se casó el poeta José Gabriel y Galán, defensor del dialecto llamado “castúo” y nuestra guía recita unos versos en esta lengua, que nos recuerda el bable, quizás porque hubo mucha emigración de los pueblos del norte hacia tierras extremeñas.

Emprendemos viaje hacia Cáceres, pasando por el pantano denominado de Gabriel y Galán, bastante bajo de agua y por fin, llegamos a la que será nuestra base durante estos días: el hotel Meliá Boutique Cáceres, justo en uno de los borde de la muralla a lado de una entrada a la ciudad antigua, es un palacio del siglo XVI y en alguna de las habitaciones hay un armario tipo caja fuerte que es un armero, lo que indica la gran afluencia de cazadores a esta ciudad y a este hotel.

Iniciamos la visita con nuestra guía, pasando por una de las puertas de la muralla romana y árabe y nos adentramos en la ciudad medieval, calificada por la UNESCO como ciudad patrimonio de la Humanidad. Vamos viendo la Concatedral,  el Palacio Episcopal, Palacios de Los Golfines, (éste con una placa conmemorativa que pronto será retirada) y muchas casas solariegas: la casa del Sol, la Casa del Mono, etc.. Ante esta última María Jesús nos cuenta una historia: el propietario de esta casa era un anciano señor que se casó con una joven y le compró un monito para que no se aburriera ya que a él le resultaba imposible entretener a dicha dama. También tenía este señor, un joven y apuesto vasallo que sí entretenía a la joven esposa y pasado cierto tiempo la esposa tuvo un niño. Tan entusiasmada estaba con su hijito que no hizo más caso al mono y  éste celoso por no recibir las atenciones de su dueña, en un momento de descuido, tiró al niño por la ventana, matándolo. La joven esposa consideró esta desgracia como un castigo por su  infidelidad y pasó llorando amargamente el resto de sus días. Los protagonistas de esta historia, incluido el mono, están reflejados en el frontispicio de la casa.

Continuando el paseo visitamos el museo arqueológico y su aljibe: en fin vimos muchos palacios y muchos coches circulando por sus calles lo que nos hizo acordarnos de Oviedo y de su peatonalización.

Tenemos un tiempo libre antes de cenar y paseando por la plaza, encontramos gente de Oviedo, pues por lo menos hay un viaje organizado por Tribuna Ciudadana.

Sábado.

Al día siguiente, día 13, a las 8,30 salimos en dirección Badajoz-Mérida. Llegamos a Badajoz (140.000 habitantes), visitamos la Alcazaba, Museo Arqueológico, Monumento a Parrita, Museo Catedralicio y Catedral. El guía que nos conduce durante la visita, Jesús, nos hizo esperar un buen rato, pues creía que la visita era por la tarde. Bueno, para él más o menos aquello era ”lo más importante del Mundo” la Catedral de los siglos XIII a XV románica-gótica tiene una sillería importante y cuadros de Zurbarán, Ribera,etc. Paseo por la plaza de S. José y al bus.

Salimos hacia Mérida y nos vamos directamente a comer al hotel Nova Roma,  y después a visitar el Puente Romano, las murallas, la plaza dedicada a todas las Méridas del mundo donde está la estatua de la loba capitalina con Rómulo y Remo, un regalo de la ciudad de Roma a Emérita Augusta etc. Hay que hacer tiempo para poder  entrar al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, edificio de Moneo y la verdad es que es impresionante, tanto el edificio que tiene una luz natural magnífica y se recorre todo el interior muy bien, como por supuesto lo que tiene dentro. Al terminar la visita vamos a ver el Teatro en el que no pudimos actuar porque no lo teníamos ensayado, y el Anfiteatro. Bueno, la verdad es que yo tenía mucho interés en conocerlo y me encantó e impresionó, pensando que esta ciudad llegó a tener 50.000.- habitantes en la época romana y actualmente tiene 55.000. Regresamos a Cáceres

Día 14, Domingo.

Nuestro plan para hoy es Trujillo y Guadalupe.

Salimos a las 8 hacia Trujillo (8.000 habitantes). Aparcamos el bus extramuros y llegamos andando a la Plaza Mayor (de las mayores de España), ahí sigue Pizarro en su caballo controlando lo que pasa. Hay poca gente, pues es temprano y comenzamos la escalada de Trujillo para ir hasta el Castillo, desde el que hay una vista magnífica de la llanura. Vemos una placa curiosa de “el pueblo de Trujillo a su plaza”. Iglesia de S. Martín, Palacio de los Duques de San Carlos, Duques de la Conquista, de la familia Pizarro, Iglesia de Sta. María la Mayor (s. XIII), casa de los Orellana (descubridor del Amazonas, s. XV), puertas, ventanas y escudos en esquinas, casa de los Chaves-Calderón y Carvajal ( s XVI) y una monjita encantadora, en fin, en Trujillo hay muchísimas cosas que ver. Nos reunimos en la Plaza Mayor y Valdés aparece con el bus en la plaza para que no nos cansemos. ¡Es un fenómeno!

Llegamos a Guadalupe hay un follón de gente, el “puente” se nota. Tenemos tiempo libre para ver las tiendas de recuerdos, todas muy parecidas. Aprovechamos para comprar quesos y embutidos y vamos al restaurante Cerezo donde nos espera la comida, atención al menú: croquetas caseras, morcilla de la puebla, migas extremeñas con chorizo, pimientos, costillas y torreznos, sorbete de limón y hierbabuena, cordero asado con patatas y pimientos, helado de turrón, vino, agua y afortunadamente Casera, digo ésto por el vino que nos pusieron.

Después, a coger sitio en la cola para entrar a ver el interior del monasterio. Nos toca en suerte un carcelero, perdón, un guía muy escueto y que no sonrió ni una sola vez ( tampoco tenía que reírse, pero bueno….). Bastante parco en palabras, nos fue enseñando las distintas salas del Santuario Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, que está declarado Patrimonio de la Humanidad. Está construido en el lugar donde la Virgen se apareció a un pastor. Se compone del templo basílica, el auditórium, el claustro mudéjar y el claustro gótico, el retablo del altar mayor, impresionante, realizado en madera, el sagrario del s. XVI y la sillería del coro que es de dos pisos del s. XVIII. En la capilla de S. Jerónimo está la “Apoteosis de S. Jerónimo” de Zurbarán. Al final de la visita guiada, un padre franciscano invita a los visitantes al camarín de la Virgen. Después se puede pasear libremente por el claustro, y a la salida, cuando estamos esperando para reunirnos, aparece un montón de gente a caballo para darles de beber en la fuente de la plaza. Es un espectáculo, ver las cabriolas que hacen algunos.

Regreso a Cáceres, algunas personas no bajan a cenar y otros sí lo hacemos pero para no cenar prácticamente nada, nos acordamos de la comida.

Hay que hacer la maleta.

Lunes día 15, Cáceres-Salamanca-Asturias.

Por la carretera, que en muchos tramos está en obras, ya que se está construyendo la autovía Ruta de la Plata, vemos alcornoques, hayas, castaños, álamos, muchas vacas, retintas, charolesas y moruchas, algunos cerdos, pues no están todavía en las dehesas (comen bellotas de noviembre a enero) y muchos berrocales de granito (grandes rocas en medio de los campos). En fin, un paisaje muy diferente al nuestro.

Y llegamos a Salamanca hacia las 12, para patear por nuestra cuenta hasta la hora de la comida, muy buena por cierto en el hotel Abba. Allí cada uno hicimos nuestro recorrido, y yo creo que en Salamanca (para mí una de las ciudades más bonitas y monumentales de España por no decir de Europa) nadie se puede aburrir, aunque sólo sea paseando y mirando los edificios de cualquier calle. En 2002 fue Ciudad Europea de la Cultura y se nota en lo cuidada que está.

Después de la ensalada y el tostón, con un vino somontano Viñas del Vero que estaba riquísimo, emprendimos el regreso hacia Asturias con una parada por el camino.

Llegada y despedidas y anteriormente, por supuesto, agradecimientos al chofer (Valdés) y por supuesto a los “hacedores” del viaje: Carmen, Viso y José Antonio y aplausos para todos por lo bien que resultó todo el viaje.

Hasta el próximo……