CRÓNICAS 2010

CANADÁ

JoaquÍn García Suárez

Joaquín García Suárez

Compañero Jubilado de la Caja

VIAJE A CANADÁ

Hemos recorrido durante el viaje parte de Canadá, un territorio que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Océano Pacifico, tiene fronteras al sur con Estados Unidos y al norte con el Océano Ártico.

Fue colonizado por franceses y británicos y cuando Estados Unidos obtuvo su independencia apoyo la de Canadá, que fue independizándose hasta que culminó con el Acta de Canadá en 1982. Está integrada actualmente por diez provincias y tres territorios y es gobernada como una democracia parlamentaria y una monarquía constitucional con la reina Isabel II como jefa de estado, que por cierto coincidió con nosotros en Toronto y como anécdota cuando estaba en la cena oficial hubo un apagón de luz. El primer ministro y líder del Partido Conservador es Stephen Harper desde el 2006.

El Grupo en Toronto, delante del Parlamento

El descubrimiento de Canadá lo realizaron los vikingos hacia el año 1000, posteriormente llegaron los ingleses hacia el 1497 y en el año 1534 el francés Jacques Cartier, buscando una ruta hacia las indias, llegó también a las costas canadienses, que la bautizó como Nueva Francia.

La población de Canadá está entorno a los treinta y cuatro millones de habitantes y su crecimiento se debe principalmente a la inmigración. Alrededor del 80% vive en las zonas urbanas de Toronto, Ottawa, Québec y Montreal.

La lengua oficial es el inglés y el francés, predominando más el inglés.

Nuestro viaje comienza visitando Toronto (lugar de encuentro), capital de la provincia de Ontario (bellas aguas), que comprende también Ottawa, capital del país. Para mi Toronto es la ciudad más estadounidense de las cuatro que visitamos.

La tarde la tuvimos libre y pudimos disfrutar paseando por la ciudad y disfrutando de algunos eventos que se celebraban, como el festival de Jazz y otros.

El domingo visitamos su Parlamento, un hermoso edificio de piedra arenisca de color rosa, construido en 1893, una de las joyas arquitectónicas de Toronto, a pesar de ser fiesta nos permitieron visitarlo, nos gustó mucho.

La Universidad está cerca del Parlamento y es famosa por el descubrimiento en la misma de la insulina, en Canadá hay mucha gente que padece diabetes.

Toronto esta en las orillas del lago Ontario, que es similar al lago Eric, que son unos de los cinco grandes lagos de América del Norte. Su afluente es el río Niágara desde el lago Eric y su salida principal es por el río San Lorenzo. También está el lago Huron, que es el segundo más grande de los Grandes Lagos.

Castillo en las Mil Islas

Niágara, (trueno de agua), que la visitamos ese mismo día, comimos en Niagara Fall, con vistas a las cataratas, hacia un día de mucho calor. Desde el restaurante teníamos una bella imagen de las cataratas y de la parte de Estados Unidos, que hace frontera con Canadá, por la tarde hicimos un crucero para bordear las cataratas, con una buena mojadura para todos. Cenamos en la Torre SKILON, un restaurante giratorio enfrente de las cataratas, desde donde las pudimos contemplar iluminadas y también los fuegos artificiales para celebrar la independencia de Estados Unidos del 4 de julio, una casualidad.

Al día siguiente volvimos a Toronto, comiendo en las cercanías en el restaurante THE OLD MILLIUN (viejo molino), que data de 1793. Empezó como fabrica para procesar madera y después de varias trasformaciones y algún que otro incendio, en el 2001 se inauguró con 60 habitaciones y suites, es como un poco de Inglaterra lejos de ella, tiene un servicio impecable, un ambiente acogedor y un hermoso escenario, creo que se ha convertido en una referencia y una tradición para Toronto.

A continuación visitamos la Torre CN, que tiene 553 m de altura, desde donde pudimos admirante las bellas vistas de la ciudad. Toronto se considera el centro de la cultura anglófona.

El martes 6 de julio visitamos en un crucero las Mil Islas, descubiertas por el explorador francés Jacques Cartier ( Según Elsa, nuestra guía son 1835), son muy bonitas, están situadas en el rio San Lorenzo, están llenas de casas y en ellas viven o veranean gente de dinero. Como anécdota, en ellas se encuentra un puente de 10 metros que une Canadá con Estados Unidos- Por la tarde llegamos a Ottawa recorriendo el pintoresco canal Rideau, visitando a continuación el Museo Nacional de Bellas Artes de Canadá. Es uno de los museos más bellos y completos de Canadá, solo hicimos una rápida visita, pero algunas personas volvieron al día siguiente.

Al día siguiente la primera visita fue para el Parlamente de Canadá, con el espectacular cambio de la guardia. Debido al calor un soldado se desmayo, pasando el resto a su lado sin mirarlo, algunos creíamos que estaba dentro del guión.

El cambio de Guardia en Ottava

Los edificios del Parlamento de Canadá son el núcleo del gobierno de Canadá, símbolo inconfundible de la ciudad de Ottawa y del país entero, que fue designada capital por la reina Victoria de Inglaterra en 1857. En febrero de 1916, un incendio arrasó el edificio central, dejando intacta la biblioteca. Esta es del siglo XIX y es la única estructura original del edificio. En el centro de la biblioteca, se encuentra una gran estatua de la Reina Victoria de Inglaterra, la razón de su presencia es que fue ella la que designó Ottawa como capital de las provincias unidas de Canadá. Subimos a la torre del Parlamento donde se aprecia una buena panorámica de la ciudad.

Visitamos la casa de la la Gobernadora General, que es la representante de la reina, es la Sra. Michaëlle Jean, que emigró desde Haiti en 1968, pronto la monarquía inglesa tendrá que nombrar otra nueva gobernadora.

Tenemos que recordar que la provincia de Ontario está formada por Toronto como capital de la provincia y por Ottawa capital de la nación.

Casi todos los del grupo visitamos individualmente el Hotel Fairmont Chateau Laurier, que es el reflejo de la confianza, la dignidad y el estilo de Ottawa, construido por la compañía de ferrocarriles, como en otras ciudades de Canadá. Está situado al lado del Parlamento, es de piedra caliza y recuerda la mampostería de un castillo francés.

El día 8 de julio, jueves, salimos para Omega Park, donde visitamos el parque y nos deleitamos con los diversas especies de animales del mismo, seguimos viaje hasta la estación invernal de Mont Tremblant, para el día siguiente visitar y comer en una granja de bisontes. Por la tarde hicimos una visita al poblado indígena de los hurones, que aunque viven en una reserva, están completamente integrados en la población de Canadá. Llegamos a Québec por la tarde y cenamos en el Café Paris, cocina francesa. El hotel de Québec de la cadena Fairmont, muy bueno, así como el resto de los hoteles de la cadena donde estuvimos, no así algunos otros.

En Québec, que por cierto junto con Ottawa fueron las ciudades que más me gustaron, visitamos el Parlamento con la sala de reuniones de los Diputado. Tenía una muy buena colección de relojes de pared. Comimos en un restaurante giratorio con bellas vistas como siempre.

Québec es un lugar para pasear, recrearse en su historia, sus calles, el puerto, la ciudadela, quizá nos faltara un día para disfrutarla más, el que seguramente sobraba en otro sitio.

El domingo día 11, madrugamos mucho para hacer el crucero de las ballenas, donde contemplamos varias, pero las que más impacto nos causaron fueron la belugas. Comimos en el hotel Manoir Richelieu con la final del Campeonato del Mundo y la alegría de todos y por la tarde disfrutamos de relax por las inmediaciones de este paradisíaco hotel, con vistas al río San Lorenzo.

El día 12, lunes, dejamos la región de Charlevoix para dirigirnos a Montreal, haciendo un alto en el camino cerca de Québec, para visitar la basílica de Santa Ana centro de peregrinación fundado por los franceses, comimos en un excelente restaurante, el bistro Kent House, con tienda de regalo y centro de interpretación al lado de las cataratas de Montmorency, que después de visitar las del Niágara decepcionan un poco, pero son estas más altas. En la carta nos felicitaban por la copa del mundo, un bonito detalle.

Por la tarde llegamos a Montreal, también un buen hotel, alguno perdió su cámara fotográfica, pero al final apareció.

Montreal es una ciudad parecida a Toronto, donde hay más de trescientas iglesias, que al no haber fieles practicantes, se están reconvirtiend. Visitamos la construida por el Hermano André y a continuación visitamos el Parque Mont-Royal, desde donde se aprecia una buena panorámica de Montreal, aunque el día amaneció con un poco de bruma. Tuvimos la cena de despedida.

Resumiendo. El viaje ha sido fantástico, la gente lo disfrutó, quizás algún día de más en algún sitio y de menos en otro. Hay que dar las gracias a todos, desde los participantes a los organizadores y la guía, pasando por el chofer. Todos lo hemos pasado muy bien.

Un saludo para todos.