CRÓNICAS 2015

TEVERGA

José Antonio Fernández Álvarez

Tesorero del Club de Viajes

RESEÑA VIAJE ANTROXU A TEVERGA EL 21 DE FEBRERO DE 2015

El sábado, 21 de febrero, tuvo lugar la primera cita viajera  de 2015 del Club de Viajes Hermandad  Cajastur.

El destino elegido estuvo centrado en el concejo de Teverga,  Premio Pueblo Ejemplar de Asturias en 2013.

En primer lugar se visitó en San Salvador de Alesga  el Parque de la Prehistoria. El recorrido se inició en la Cueva de Cuevas,  que recoge una réplica minuciosa y detallada de  la Galería de los Caballos  de la cueva de Tito Bustillo, el Camarín de la cueva de Candamo, ambas asturianas, y el Salón Negro de la cueva de Niaux, en Francia.

En los aledaños del Parque se tuvo ocasión de contemplar tres bisontes de origen europeo, uno de ellos una cría, y también una  pareja de caballos de Przewalski, caballo salvaje mongol o Takhi, que es la única subespecie salvaje de caballo (no asilvestrado a partir de animales domésticos, como los mustangs) que existe en la actualidad. Actualmente, en todo el mundo de este tipo de bisontes existen unos 4.000 ejemplares y de los caballos no llegan a los 1.500. Esta iniciativa se debe a un convenio de colaboración entre el Parque, el Ayuntamiento de Teverga, el FAPAS y la Asociación Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España

La siguiente visita, también guiada, fue para un lugar emblemático de Teverga: la Colegiata. Se recorrió la Iglesia, que data del siglo XI, estilo románico enlazando con el prerrománico (en Asturias marca la línea divisoria entre los dos estilos); el claustro; y  la sacristía, que también hace las veces de Museo, siendo su hecho más característico  la existencia de dos cadáveres momificados, las conocidas Momias de Teverga, que corresponden al abad de la Colegiata de 1690 a 1790, Pedro de Miranda, y a su padre el marqués de Valdecarzana, familia importante de la época y famosos también por el ius primae noctis, vulgarmente derecho de pernada.

En la Colegiata se puso final hacia las dos de la tarde a las visitas de tipo cultural: naturaleza, historia y arte,  para continuar con otra visita también cultural, pero ésta gastronómica, en el restaurante Casa Laureano. El menú marcado en la circular fue gratamente superado por la variedad de platos ofrecidos, no a elegir sino a consumir. La sobremesa fue larga y amena a lo que ayudó la meteorología,  casi todo el día se pasó lloviendo desde que salimos hasta que regresamos.

Datos para la estadística: 15 asistentes (el mal tiempo reinante los últimos días hizo que mucha gente se retrajera); la mayoría “mayores” (ocho a siete). El viaje se inició pasadas las nueve de la mañana en Gijón para seguir por Oviedo, y el regresó finalizó sobre las seis de la tarde.