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J. Ignacio Villameriel Compañero de la Caja, en Red del Principado |
Intuyo que los compañeros responsables de las actividades de este Grupo, ahora Club de Viajes, no imaginaban en su origen la trascendencia que está alcanzando, especialmente percibida por quienes hemos disfrutado este año de alguna de sus ofertas generosamente difundidas.
Por tanto, no me extrañó que fuese ampliamente secundada la convocatoria de la Asamblea General celebrada el pasado viernes 19 en el Restaurante Latores, mejor dicho, la estupenda cena posterior. Hasta la planta de arriba llegaba el progresivo murmullo del nutrido grupo que confraternizaba en la sidrería esperando feliz el final de la asamblea, satisfechos del buen hacer de la Junta Directiva. El Presidente, que es un lince, lo captó y azuzó lo que pudo a los distintos ponentes aprobándose todos los puntos del Orden del Día al paso las balas. Los de arriba dimos conformidad y atestiguamos con nuestra presencia que todo se hizo dentro de un orden. Nada que vez con una reunión de vecinos.
Como no podía ser menos, la cena fue una réplica del ambiente mágico de amistad que se ha ido sedimentando en los sucesivos viajes. Por encima de la finalidad de ocupar el tiempo de ocio, mayor en unos que en otros, y sin que nadie lo hubiera pretendido, nos vamos conociendo mejor a fuerza de ahondar en lo que nos une, no en lo que nos diferencia.
Por eso, estas líneas que tengo la oportunidad de escribir quieren ser más que un agradecimiento a la generosa dedicación de estoscompañeros, que también, un reconocimiento a una labor quizás necesaria para hacernos vivir de nuevo (muchos recordamos que hubo un tiempo en que casi se logró)…
Tal vez para quienes hemos cumplido de sobra los cincuenta (peinemos canas o no peinemos) nuestro horizonte esté libre de vientos que nos turbaron en otro tiempo. Aprovechémoslo.
En cualquier caso, gracias a quienes nos facilitan este ámbito de encuentro.
Oviedo, 22 de Noviembre de 2004.
