María Luisa Pérez Suárez Esposa de nuestro compañero jubilado J. Carlos González |
El grupo inicia el recorrido desde Oviedo – Gijón – Avilés con dirección a Ranón – Madrid – Viena.
En el aeropuerto de Viena me llama la atención el atuendo característico de un grupo familiar de judíos y los numerosos paneles anunciantes, en particular uno que vi cuando estábamos recogiendo las maletas : “THE MOST FAMOUS KISS IN THE WORLD” de Gustav Klimt en el museo Belvedere.
Nos espera Amparo, una de la guías oficiales de Politours que vamos a tener durante el viaje y, una vez acomodados en el autobús que nos lleva a Lintz para embarcar, durante unas 2 horas, nos va relatando “un recorrido virtual de la semana a bordo” que vamos a disfrutar y cómo va a ser la vida cotidiana a bordo: los números de las mesas, los compañeros con los que vamos a compartirlas, las tarjetas, las cabinas… etc. También nos habla de las visitas opcionales que hay cada día y las vamos escogiendo en el mismo autobús, o sea, que llegamos con la cabeza saturada de números y por fin llegamos al “SWIS DIAMOND”. Nos dan la bienvenida, pasamos a cenar y nos retiramos a nuestros respectivos camarotes para deshacer las maletas y descansar y es ahí, encima de las camas, en donde vamos a encontrar a diario “la biblia de a bordo”: un resumen de todas las actividades de las que vamos a poder disfrutar cada día….. y comenzamos….
Para hoy martes hay 3 opciones :
1 – Excursión opcional a la región de los lagos y Salzburgo, cuyo nombre proviene de los barcos que transportaban sal en el siglo VII y que debían de pagar un impuesto, mundialmente conocida por haber sido la ciudad natal de Wolfgang Amadeus Mozart.
2- Conocer y pasear por la ciudad de Lintz por nuestra cuenta.
3- Acercarnos por la mañana a Lintz y por la tarde ir a la excursión opcional al campo de concentración de Mauthausen a la que acudo con el resto de mis compañeros. Alicia nos acompaña hasta el campo y allí Martin, nuestro guía local, durante unas 2 h y a pleno sol, nos explica que en Austria se hace el servicio militar o el servicio social a los 18 años, que él eligió. Fue así como conoció el campo, limpiando los monumentos, cortando el césped, etc. Posteriormente, y ya en la universidad, se especializa como estudioso de Mauthausen. Vamos recorriendo y fotografiando los distintos barracones y nos va contando su historia y, pese al calor extremo reinante, se nos ponen los pelos de punta y a algunos compañeros se nos escapan las lágrimas al escuchar el relato aterrador de una historia muy cercana donde perecieron más de 80.000 personas con nombres y apellidos, la mayoría de Rusia y Polonia, pero también unos 7000 republicanos españoles, pues el campo fue utilizado principalmente para el encarcelamiento de presos políticos. Los nazis eligieron estratégicamente este sitio porque aquí había unas canteras de granito, de las cuales obtenían, por el trabajo de los presos, las piedras para construir en las distintas ciudades de Austria y de Alemania. En un monumento en el centro del patio donde están los barracones, nos llama la atención un epígrafe “Sirva de lección a los vivos la suerte de los muertos”, repasamos todos los monumentos que erigieron todos los países, incluido, claro está, el español donde reza “Homenaje a los siete mil republicanos españoles muertos por la libertad”.
Martin nos comenta que en Austria, en la educación secundaria, sobre los 14 años, es obligatoria una visita al campo y así, en los meses de marzo, abril o mayo, acuden estudiantes de toda Austria y Alemania.
Terminada la visita al campo de concentración, Alicia nos va contando en el autobús la historia de Lintz: la ciudad ideal pensada por Hitler, donde pasó su infancia. Aquí Mozart pasó tres días para componer “la sinfonía de Lintz” y Beethoven terminó de componer la sinfonía nº 8. Esta ciudad ha conseguido una imagen totalmente nueva en los últimos años debido a numerosos proyectos arquitectónicos que se plasman por ejemplo en el Lentos Kustmuseum (museo del arte), el centro tecnológico de Ars Electrónica etc. que contrastan con el casco antiguo en donde encontramos la catedral de Santa María, el ayuntamiento y numerosas iglesias y calles comerciales, donde sus habitantes circulan en tranvías, a pie y muchos en bicicleta. Existe, a lo largo del Danubio y paralelo a él, un carril bici: “Donauradweg”, que atraviesa el corazón de Europa central y que combina la belleza de los paisajes con excelentes servicios como los “zimmers” (casas rurales), hostales, tiendas, talleres... Lintz también posee una zona industrial muy importante: la “ciudad del trabajo industrial”, con industria petroquímica, de acero, farmacéutica, etc.
De vuelta al barco nos esperan para el cóctel de bienvenida el capitán Joseph y toda la tripulación del barco que nos van siendo presentados, así como el resto de los equipos de trabajadores de restaurant, cocina, recepción, limpieza. A continuación, pasamos al restaurante donde nos sirven la cena, excelentemente preparada y servida por un grupo de camareros que destacan por su cercanía, amabilidad y profesionalidad y “en español” lo que es de agradecer.
Durante la noche recorreremos unos 100 Km y pasaremos 4 esclusas de las 8 en total que pasaremos durante nuestro recorrido
Hoy miércoles tenemos a primera hora una visita opcional a la Abadía de Melk, uno de los monumentos cristianos más famosos del mundo, domina el Danubio desde lo alto de un acantilado rocoso, próximo al valle de Wachau. Impresiona su aspecto barroco y destaca la iglesia de la abadía y la magnífica biblioteca con incontables manuscritos medievales y frescos de Paul Troger. El poema de los Nibelungos, de autor desconocido, también se encuentra aquí. Paseamos por sus jardines y disfrutamos de unas vistas estupendas del pueblo y del Danubio que, por cierto, sigo sin ver azul.
Callejeamos un poco más por el pequeño pueblecito de Melk, y me llama la atención una bicicleta forrada de ganchillo, de colorines, apostada cerca de un puesto de venta que encontramos al pasar.
Embarcamos de nuevo y, en cubierta, nos van describiendo el valle del Wachau que vamos atravesando, ubicado entre las ciudades de Melk y de Krems. En el año 2000 fue añadido a la lista de la Unesco del patrimonio de la humanidad y es conocido como “el jardín frutal” por su producción de uvas y de albaricoque (marile), del cual se comercializan diversos productos como licores, compotas, cosméticos, jabones… Tras contemplar la bella panorámica con sus viñas del valle de Wachau vamos a comer especialidades del Wachau.
A las 15 h salimos a recorrer la pequeña población de Durnstein, ”la pequeña perla del Danubio”, una de las poblaciones junto con Hungría que más sufrieron en las últimas inundaciones y lo vemos en un panel donde se reflejan los años de las grandes inundaciones. A mitad de camino nos sorprende el trovador Blondel que va buscando de castillo en castillo y de ciudad en ciudad a su rey Ricardo Corazón de León, que se halla preso del rey Leopoldo. Blondel va cantando una canción concreta y Ricardo le respondería con el 2º verso, después de que Blondel cantara el 1º, tratando de ayudarlo nos canta la canción en versión “clavelitos, ricardito, ricardito,… de mi corazón” y todos le respondemos cantando.
También nos sorprende una numeración que aparece en algunas puertas de las casas, que indica que por allí pasaron en navidades los niños cantores y les dieron un donativo. Seguimos hasta el mirador, donde disfrutamos de unas excelentes vistas sobre el Danubio y las ruinas del castillo, donde en el S. XII estuvo preso Ricardo I de Inglaterra.
¡Todos a bordo, zarpamos hacia Viena! Parte del grupo acude con Amparo para aprender unas cuantas palabras básicas en alemán, para usarlas al día siguiente en Viena y más tarde con Gabriel para confeccionar con papel lazos, flores, pajaritas, para ir vestidos a la cena buffet con los colores rojo y blanco de la bandera austriaca.
Despertamos con la noticia de la tragedia ocurrida el día anterior en Santiago de Compostela, que nos sobrecogió a todos.
A las 9 h salimos todo el grupo para la visita panorámica de Viena acompañados por Mónica. Vemos unas viviendas de colorines que son de protección oficial. Viena es la 1ª ciudad donde se crean este tipo de viviendas y no en un lugar determinado sino por toda la ciudad, 250.000. Nos pregunta por enésima vez si vimos azul el Danubio…??? Pasamos por un brazo artificial del Danubio, por donde vemos numerosas piscinas y chiringuitos para disfrute de los vieneses, la mayoría son públicos. Viena es la ciudad con mayor calidad de vida de Austria, con innumerables zonas verdes y con un carril bici. Nos alertan del peligro que supone ir caminando despistados por dicho carril. Pasamos por el Prater, un gran parque público cuya antigua noria quedó inmortalizada en la película “El tercer hombre“. Cerca del Prater se encuentra el barrio judío, Strauss vivió aquí. De nuevo pasamos por otro canal del Danubio, que fue construido para evitar las inundaciones. Atravesando distintos y distinguidos edificios ministeriales y llegamos al centro de la ciudad, conocido como la Ringstrase (calle del anillo), una calle circular que rodea el centro de Viena y que cuenta con obras arquitectónicas de estilo historicista, casi todos edificios administrativos, hoteles, oficinas; la mayoría se construyeron antes de 1.870, como el del Parlamento, de estilo neogótico, con la diosa de la sabiduría Palas Atenea y donde 183 diputados representan a 3 partidos de derechas, 1 socialista y 1 de los verdes. Cerca se encuentra el Ayuntamiento de estilo gótico flamenco.
El paseo a pie comienza en la plaza de la catedral de San Esteban. La torre es el punto más alto de Viena y termina en la plaza Albertina. En Nochevieja, y delante de la catedral, los vieneses tras escuchar las 12 campanadas arrancan a bailar el vals del Danubio Azul. Qué emocionante tiene que ser ¿verdad? Esto es romanticismo y no las doce uvas. Vemos el hotel Sacher y el edificio de la Ópera, atravesamos una zona peatonal con la Columna de la Peste en el centro y nos dirigimos hacia el Palacio de Invierno Hofburg, residencia de los Habsburgo.
Viena es una ciudad que cuida la música clásica, comparable a Paris (teatro, ópera, danza contemporánea…). En el reinado de Francisco José se hacen populares los valses y nacen los carnets de baile: 15 minutos como máximo de baile y es cuando Johan Strauss padre e hijo dirigían orquestas casi en cualquier sitio, y aparece el mas conocido “vals del Danubio azul”.
Al final del recorrido a pie, el autobús recoge a los que quieren ir a comer al barco y a los que van a la excursión opcional del palacio de Schonbrunn, pero yo prefiero seguir conociendo un poco más la ciudad y me uno a 2 chicas del grupo: Charo y Luisa. Atravesamos un pequeño parque y nos sentamos en una terraza para tomar un café con hielo, pues el calor era sofocante. Posteriormente nos dirigirnos al hotel Sacher y en su terraza, que se llama Mozart, nos sentamos a degustar un escalope vienés. No pudimos en esta ocasión probar la tarta Sacher, lo haríamos más adelante. Caminamos por las calles comerciales donde están las casas de moda más conocidas y visitamos varias de ellas, donde mis acompañantes realizaron unas compras. Sobre las 17 h y ya exhaustas por el calor (más de 30ºC) y la caminata, decidimos coger un taxi para regresar al barco, pues aún nos esperaba la noche del concierto. Una vez engalanados y antes de salir camino del concierto en el palacio de Hofburg, pasamos por el salón del barco para bailar un vals especial con Mozart “en persona” que bailó con cada una de las chicas que allí estábamos. Para mi, fue una noche inolvidable y mientras la orquesta tocaba “el vals del Danubio azul”, cerrando los ojos, me imaginaba bailando en aquellos fastuosos salones del palacio imperial, ataviada con los vestidos de la época de los Habsburgo. ¡En fin que disfruté a lo grande!
El viernes iniciamos el día con previsión de altas temperaturas, por lo que madrugamos un poco para tomar el metro y despedirnos de Viena. Nos bajamos en Stephanplatce y dedicamos unas 2 horas a recorrer la zona donde está el Parlamento y el Ayuntamiento, en donde tienen montada una gran pantalla y un montón de sillas para un espectáculo nocturno. Cuando la temperatura comienza a subir, nos sentamos en una terraza al lado de San Pedro Borromeo para refrescarnos con unas cañas... Y otra vez al metro… Todos a bordo… Zarpamos rumbo a Bratislava, cambiamos de país, Eslovaquia. Desembarcamos todo el grupo y Eva, nuestra guía local, asegura que nos llevará “al paraíso”. Nos va comentando los edificios más importantes que vemos a lo largo del recorrido, cómo el edificio de la ópera de Bratislava fue construido en estilo renacentista en 1866 como teatro municipal, delante del cual nos hacemos la foto del grupo. Actualmente gobierna el partido de centro izquierda, la enseñanza es pública y gratuita hasta llegar a la universidad, donde pagan 50 euros al año por matrícula. Respecto a la sanidad, Eva la califica de buena, los bratislavos pagan un 14% por los medicamentos, un 20% de IVA y un 36% por el seguro social, vamos, “un chollo”. Respecto a las creencias religiosas, un 70% son católicos, un 10% protestantes, un 10% ateos y un 10% de otras religiones. Nos sorprende en el paseo de su bello casco antiguo la figura de Cumil, un bonachón trabajador saliendo de una alcantarilla y un poco más allá “el bello Ignacio” que saluda a las damas levantando su sombrero de copa y basado en un personaje real que existió, un mendigo que siempre vestía un traje impecable y acostumbraba saludar y regalar flores a las mujeres. De él se dice que perdió la cabeza por un amor no correspondido y que se nos representa en carne y hueso en el momento de realizar la fotografía del grupo, haciendo travesuras ante nosotros con un grupo de niños. Volvemos al barco a cenar y a disfrutar con el show de la tripulación donde todos los miembros de politours y varios de la tripulación representan divertidos “sketchs” y cantamos todos juntos al final la canción de “ Viaje con nosotros…..”. Zarpamos rumbo a Hungría .
El sábado desembarcan por la mañana solamente los pasajeros que van a la excursión del Recodo del Danubio y la catedral de Esztergom. Desde el castillo de Visegrad disfrutarán de la mejor vista panorámica del Recodo del Danubio. Respecto a la palabra “codo”, Amparo nos comenta ya el 1º día en el autobús, cuando llegábamos, que los húngaros no utilizan la palabra” curva” pues allí significa “mujer de mala vida” así que usan sinónimos como “codo”, “giro”, etc.
Los que nos quedamos en cubierta aprovechamos la mañana para disfrutar de unas extraordinarias vistas. El sol hace destellos en el agua y, por fin, ¡¡VEO EL DANUBIO AZUL!! ¡Es una pasada! Más tarde, con Gabriel, hacemos gimnasia terapéutica en cubierta y campeonato de petanca.
Sobre las 13 h podemos admirar la entrada del barco en Budapest, “la verdadera perla del Danubio“. A la izquierda podemos divisar Buda, donde se halla el palacio imperial, la fortaleza y el bastión de los pescadores. Fue la capital dominante durante siglos. En la orilla derecha, la parte llana se encuentra Pest, el centro administrativo y comercial y el imponente edificio del Parlamento. En 1873 se unificaron las dos en una: BUDAPEST.
Nos bajamos del barco y visitamos por nuestra cuenta el Mercado Central, con una bella fachada del S XIX. Nos adentramos paseando entre sus productos típicos de souvenirs, comidas y bebidas. Tiene 3 plantas, la superior de tiendas de souvenirs, la del centro de frutas, charcuterías, carnicerías y la del sótano con las “peceras” de las pescaderías. De vuelta al barco para comer y salir, de nuevo todo el grupo para la visita panorámica de Budapest, en esta ocasión Edith, nuestra guía húngara con acento uruguayo, nos va relatando que en Budapest, ciudad de unos 2 millones de habitantes, no hay rascacielos, por lo que es muy grande y extensa. Sus imponentes edificios tienen un estilo ecléctico, mezcla de varios estilos: barroco con renacentista, gótico con románico, etc. Falta por restaurar gran parte de la ciudad. Tras atravesar la avenida Andrass, hacemos la primera parada en la Plaza de los Héroe, con el arcángel Gabriel en el centro y rodeado por las estatuas imponentes de las 7 tribus fundadoras de la nación magiar . Posteriormente subimos a Buda, para pasear y admirar la Fortaleza, el Bastión de los pescadores, la iglesia Matías, en obras, y degustamos un helado en la pastelería más antigua de Europa, la preferida de Sisi. De vuelta al barco para comer. Por la tarde Alicia nos resume lo que podemos ver en Budapest el domingo por la tarde Tras gozar de la cena húngara vistiéndonos con los colores rojo, blanco y verde, nos divertimos con un espectáculo folclórico autóctono, y, por fin, nos deleitan con el crucero nocturno, paseando entre los puentes Elizabeth, el puente Verde y el puente de las Cadenas, vemos la majestuosa ciudad de Budapest iluminada.
El domingo por la mañana visitamos la colina de san Gerardo que, con 235 m de altura, ofrece una admirable perspectiva del Danubio. Aquí se encuentra la estatua de la libertad, monumento soviético dentro de la ciudadela militar que hoy cuenta con hotel y varios restaurantes y tiendas. Paseamos y tomamos fotos de las magnificas panorámicas. Al bajar, en el autobús, vemos a un lado el hotel Gellert, con sus célebres baños, al que podemos acudir por la tarde pues nos queda muy cerca del barco.
Posteriormente, nos dirigimos hacia el Parlamento, el edificio más grande de Hungría, para realizar la visita con Gabriela, que nos guía por las 2 salas visitables, la sala de la corona, donde vemos en el centro la santa corona de Hungría, con la cruz torcida, custodiada por 2 soldados, uno de cada lado y que cada 15 minutos hacen un cambio de guardia . A ambos lados a partir de aquí hay una simetría de salas, la visitable es la septentrional donde contemplamos un magnifico salón de actos de la cámara de representantes. Concluida la visita, nos dirigimos a la basílica de San Esteban, el edificio religioso más grande del país, con una capacidad para 8.500 personas. Cuando llegamos, están en misa, por lo que esperamos un poco para poder recorrerlo. En una capilla lateral podemos ver la reliquia más importante de la cristiandad húngara: “la Diestra Momificada del rey Esteban I de Hungría”.
Por la tarde nos dedicamos a pasear por la calle peatonal más importante de Budapest, la calle Vaci y nos tomamos unas cañas en la terraza del café Gerbaud, la preferida de Sisi, que siempre visitaba cuando estaba en Budapest.
A las 20h nos esperan para el coctel de despedida con el capitán y la cena de gala, donde sortean un crucero para el año que viene y que, afortunadamente, le toca a una persona de nuestro grupo ¡Enhorabuena!
Y al final me toca despedirme de todos mis compañeros, Gracias a todos por vuestra grata compañía y espero volver a veros pronto en otra aventura
¡Hasta siempre!
¡¡¡QUIEN COMPRA NUESTRO BILLETE, COMPRA LA FELICIDAD!!!