CRÓNICAS 2005

SANTANDER

Mª Teresa Carbajosa

Esposa de nuestro compañero Francisco Nicieza Noval, de la Oficina de Contrueces

Comienza el nuevo “curso viajero” con la visita a la “vecina” ciudad de Santander.

Después de recoger a los viajeros en los diferentes puntos previstos, con una puntualidad “inglesa”, realizamos la primera parada, como no podía ser menos, en Unquera para degustar las tradicionales corbatas.

Llegados a la capital cántabra, al punto de la Estación Marítima, conocido popularmente como el Ferry nos espera la guía, Josefina, que nos acompañará toda la jornada poniendo sus mejores ganas en mostrarnos la belleza de nuestra vecina del Cantábrico.

De la visita a la Catedral, cabe destacar las ruinas romanas que se pueden contemplar en la iglesia baja y en la iglesia alta o catedral, renovada después del incendio que asoló Santander en el año 1941; de estilo gótico, lo más destacado es un retablo “rococó”con la Virgen de Ntra Sra. de la Bien Aparecida, patrona de la montaña, así como un cuadro realizado por un discípulo de la escuela de Rafael “La Visitación” donde aparecen La Virgen y su prima Isabel embarazadas, llama la atención ya que hay pocos cuadros dónde aparezca La Virgen en esas circunstancias. (ver fotografía).

Desde el autocar, realizamos una visita panorámica de la ciudad, el Ayuntamiento y eje comercial, para seguir por el Paseo Pereda, bordeando la bahía más amplia del Cantábrico y una de las vistas más bonitas de Santander, paseo marítimo, puerto deportivo, culminando con el Palacio de Festivales, edificio rompedor y futurista.

El paseo hacía el Sardinero se ve jalonado por “las casucas” de estilo inglés destacando, entre otras, la de la familia Botín, conocida de sobra por el mundo del “colorín”. También es de destacar la zona residencial donde está ubicado el casino rodeado de edificios coloniales que reclaman más de una mirada del paseante. Seguimos ruta hasta llegar al faro de “Cabo Mayor” desde donde se contempla una preciosa vista de lo abrupto del paisaje del Cantábrico.

Después de este recorrido y despertándose ya el apetito, nos fuimos para almorzar en “El Riojano” conocido popularmente por el “museo redondo” ya que todos los toneles que conforman su decoración, están pintados por pintores conocidos. Cabe destacar que en la carta del menú, aparece un dibujo que Picasso pintó en una servilleta en una de sus gastronómicas paradas.

Una vez degustadas las patatas riojanas, reiniciamos el recorrido, visitando el Palacio de la Magdalena, residencia estival de Alfonso XIII, a donde acudía con su familia a tomar los “baños de olas” que se hicieron muy populares en la época.

El Palacio de la Magdalena es el edificio más emblemático de la ciudad y uno de los espacios más bellos. En la actualidad alberga entre otros eventos, los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, convertidos en referencia de la Cultura internacional.

Tanto las vistas como el interior del mismo son espectaculares “algunas del viaje se sintieron como en casa o en la oficina, como puede observarse en el reportaje gráfico”.

De vuelta parada de nuevo en Unquera para abastecerse de corbatas, concluyendo así una agradable jornada de ocio y convivencia.