En ruta
Naturalmente, el vagabundo, a pesar de todas sus teorías, después, ya sobre el camino, andará, como siempre hace, un poco a la buena de Dios, otro poco por donde le apetezca, y siempre no más que por donde le dejen. Es la eterna, la vieja ley de los caminos: las misteriosas y nunca escritas ordenanzas que orientan la brújula loca y espantada que anida en el corazón de los errabundos.
Camilo José Cela, Judíos, moros y cristianos (1956)