Miri García Fernández Compañera de la Caja, en la Of. de Buenavista |
Ya llegó el fin de semana esperado, al menos para cinco de nosotros que por primera vez vamos a viajar con todo el grupo del Club en el autocar, dado que en años anteriores nunca conseguíamos plazas en el mismo, de hecho algún año fuimos en nuestro propio coche y nos uníamos a ellos en Madrid.
Hacia las 07:30 de la mañana, vamos llegando poco a poco todos los que salíamos de Oviedo a la Pza. de La Gesta, aunque el autocar ya viene de recoger a otros compañeros de Gijón y Avilés que tuvieron que madrugar algo más.
7:40 llega el autobús de Llaneza, dada la puntualidad de todos, enseguida empezamos a ocupar nuestros asientos, saliendo de inmediato, pasados unos minutos de las 7:45.
Nuestra primera parada, es para desayunar, estirar las piernas, ir al baño, los fumadores echar su cigarrito, etc... se realiza este alto en el camino pasado Benavente en el Hostal Paradero 2, los “bocatas”estaban muy buenos, no tanto el café que era pasable.
Todos bien satisfechos, partimos hacia Madrid, llegando incluso un poco antes de los estipulado, pero ¡ay! qué susto, porque nos dirigimos al Hotel Tryp Washington y nos dicen que no tenemos reserva, yo ya me veía durmiendo en el autocar, porque pensaba ¿dónde nos van a albergar a 40 personas? Pero falsa alarma, fue una confusión con el nombre del Hotel y la reserva estaba en otro de la misma cadena, el Tryp Gran Vía.
Total volvemos a subir las maletas al autocar y Gran Vía arriba o abajo, me cabe la duda, hacia nuestros aposentos, una vez en el hotel todo está bien organizado, nuestro compañero Luis nos fue entregando a cada uno nuestra llave.
Después de instalarnos en las habitaciones del Hotel, dejando nuestros abrigos en ellas, dado el buen tiempo reinante salimos a comer; más o menos en grupos, nosotros éramos cinco ( dos compañeras con sus “consortes” y otra compañera “con suerte” o sea soltera sin compromiso).
Nuestros primeros pasos los dirigimos hacia la Puerta del Sol, para seguir hacia La Plaza Mayor en busca de los bares típicos de venta de bocadillos de calamares, una vez degustados éstos, acompañados con unas refrescantes bebidas, nos fuimos a por el postre a la confitería de “La Mallorquina” donde tomamos el café y el pastel, casi sin descansar seguimos caminando por las diversas calles del Madrid “conocido” o sea Pza. Sta. Ana, cl del Prado, Paseo del Prado, Paseo de Recoletos... en éste último recalamos en el “Café Gijón” ¡no veas los precios del café!, para que luego nos quejemos de nuestra maravillosa hostelería, queridos compañeros de viaje, no se si ya habréis ido, pero aparte de servirnos en la mesa un café más bien frío nos “soplaron” 3,20 euros por cada uno.
A una hora prudente, y agotados de caminar, volvemos al hotel para acicalarnos un poco, salir a tomar algo de “papeo” e irnos al musical “Los Productores” que comenzaba a las 22:00 horas en el teatro Coliseum.
No sé lo que pensareis vosotros, a mí personalmente no fue de los que más me gustaron, la obra tiene momentos de más calidad y diversión, hay otros en los cuales decae un poco, pero bueno ya sabéis que esto va en gustos y no me quiero extender sobre ello, que cada cual se quede con su impresión.
Se enciende la televisión a la 8:00 en punto de la mañana, “para tocarnos diana”, muy moderno el aviso, como nosotros éramos tres en la habitación ya habíamos comenzado la tarea del aseo un poco antes, pero el aviso nos viene bien para espabilarnos, bajamos a desayunar y observamos que en el cambio de hotel ganamos, puesto que el bufet de éste es mucho mejor.
A las 9:20 horas y tras salvar los diversos retrasos por la espera de los ascensores, puesto que eran lentos y coincidimos los que marchábamos con los que bajaban a desayunar, nos pusimos en marcha hacia El Pardo, no sabíamos muy bien como encontrar el palacio y casi llegando nos tuvimos que parar en una gasolinera a preguntar su situación, pero nuestro conductor, de nombre Rubén, nos llevaba por buen camino.
A nuestra llegada al palacio, nos esperaba ya nuestro guía, el cual nos dividió en dos grupos, el primero de ellos partió con 25 personas y diez minutos de adelanto sobre el segundo que lo componíamos los 15 restantes y algún agregado externo al grupo.
Empiezan las gratas sorpresas, pues tanto yo, como el sentir general de la gente, no creíamos que en el Palacio residencia oficial del que fue Jefe del Estado Francisco Franco, pudiera albergar las maravillas que pudimos ir viendo, ni que tan siquiera tuviera tantos años de antigüedad, ni que hubieran pasado por allí los Austrias, los Borbones.. a continuación paso a hacer una pequeña descripción del mismo:
Carlos V dio orden para que se iniciase la construcción del actual palacio y Felipe II lo completó y enriqueció con numerosas obras de arte. Su uso como escenario de cacerías y fiestas reales se prolongó durante el siglo XVII (tras ser reconstruido después del incendio de 1604), y sus terrenos se ampliaron durante el XVIII.
Carlos III lo transformó al gusto de su época, dándole en gran medida su aspecto actual.
Son muchas las estancias que pueden visitarse como son El Torreón de Gaspar Becerra, único vestigio decorativo de la época de Felipe II, como el Salón Goya (antecámara de Carlos III), el Teatro de Corte, uno de los pocos conservados en España y la Galería de la Reina, con una notable serie de pinturas del siglo XVII.
Destacan el Patio de los Austrias, el Patio de los Borbones y la Capilla Real
El Pardo alberga una considerable colección de obras de arte, entre las que destacan los tapices de la colección real española realizados a partir de cartones de Bayeu y Goya.
Una vez finalizado el recorrido, nos reunimos todos delante de la fachada principal del palacio, para hacernos la fotografía de grupo.
Como todavía teníamos algo de tiempo libre, aprovechamos unos para dar un paseo por El Pardo, otros para tomar un café y otros (entre los que me incluyo) se acercaron a una confitería próxima a comprar unos dulces (Marquesitas) para traer a la familia.
A la 12:30 partimos en dirección a Arévalo, nuestra siguiente parada para comer donde degustaremos el sabroso cochinillo o lechazo (según elección) en el Restaurante “El Tostón de Oro”.
A las 16:30 …todos al autocar, que seguimos el viaje de regreso, echaremos una siestecita o en algunos casos siestona, hacemos otra breve parada, para que el viaje se haga más corto, dado que no es lo mismo ir que volver, llegamos a Oviedo alrededor de las 20:30, el tiempo ya cambiado con bajada de temperaturas y lluvia ¡Qué suerte con el buen tiempo del fin de semana!
Espero que con esta crónica, no os haya aburrido mucho, lo mío no es escribir como seguramente habréis observado, he intentado hacerlo lo mejor posible.
Animo a la gente que se apunte a estos viajes, en concreto este ha estado muy bien organizado, como os he comentado al principio, este ha sido mi bautizo viajero con el grupo y me he llevado una grata impresión con lo cual espero poder repetir en algún otro.