Juan Arechaga Amigo del Club de Viajes |
Ésta es una pequeña crónica de un gran viaje escrita por una persona que dista mucho de ser un cronista por lo que, de antemano pido disculpas y comprensión a quién la lea.
El domingo 21 de noviembre de 2010 emprendimos viaje a Egipto veinticuatro personas miembros y amigos del Club de Viajes Cajastur, comandados por su representante, el inquieto y siempre preocupado Don José Antonio Viso Quevedo y amparados por el gerente de la agencia de viajes Malavi de Gijón, Don Juan Díaz Tuñón. El viaje a El Cairo transcurrió sin grandes incidencias a no ser por algunas maletas que en el aeropuerto de Barajas se hicieron las remolonas en llegar hasta que Viso tomó cartas en el asunto.
El lunes 22 de noviembre de 2010 y el martes 23 de noviembre de 2010 visitamos la impresionante y caótica ciudad de El Cairo, con más de veinticuatro millones de habitantes y su tráfico inconmensurable compuesto de más de cincuenta millones de vehículos de motor y casi otros tantos de tracción animal: caballos, burros, camellos y todo aquello que podía ser arrastrado. El hotel donde nos hospedamos en El Cairo (Hotel Safir El Cairo) era un hotel muy confortable y acogedor con una comida egipcia parecida a la que nos dieron durante el resto del viaje y a la que tuvimos que acostumbrarnos remodelando un poco nuestra flora intestinal, en fin ... , sin más comentarios. Allí fue donde nos presentaron a un personaje singular que nos acompañaría durante toda la visita a Egipto, hasta las playas de Hurgada en el Mar Rojo, donde finalizamos nuestro viaje. Se trata de uno de los más importantes egiptólogos a nivel internacional actualmente vivos, Don Sayed Salama. Sayed Salama es doctor en Egiptología por la Universidad de Helwan (El Cairo), licenciado en Bellas Artes y Periodismo por la Universidad de Boston (EEUU) y en filología hispánica y francesa por la Universidad de Einshamr, Heliópolis (El Cairo). Es profesor de Egiptología en la universidad de El Cairo, y ha sido responsable académico de turismo y egiptología en Egipto, director del Museo Nacional de Arte egipcio de El Cairo y coordinador del equipo internacional que estudia las colecciones egipcias del este de Europa. Habla cinco idiomas (árabe, español, inglés, francés y hebreo), ha escrito numerosos libros y artículos de arte egipcio y religión, siendo ante todo un gran egiptólogo y un auténtico humanista.
El doctor Salama fue nuestro guía oficial en todas las visitas a los distintos lugares, templos y monumentos egipcios a lo largo de nuestro viaje. Todos quedamos impresionados con su sabiduría, sus narrativas, sus exhaustivas y pormenorizadas descripciones de lo que estábamos contemplando y, sobre todo, de su personalidad humilde, amable y simpático, es un personaje único, una de esas personas que conoces en el transcurso del tiempo y que te dejan un recuerdo encomiable para toda la vida, desde luego no tengo palabras de elogio para definirlo, no cabe duda que tuvimos una gran suerte en disfrutar de su compañía.
En El Cairo visitamos, como no podría ser de otra manera, las pirámides. En el Valle de Gizeh la de Keops, Kefrén y Micerinos, la Esfinge de Gizeh y el Templo del Valle, en Sáqqara la más antigua, la Pirámide Escalonada de Zoser. Por otra parte de la ciudad estuvimos en la Ciudadela de Saladino, la Mezquita de alabastro de Mohamed AIi y en distintos iglesias cristianas ortodoxas (coptas). Cabe reseñar también la visita al impresionante Museo Nacional de Arte Egipcio, donde se encuentra la máscara y el sarcófago de Tutankámon y numerosos tesoros faraónicos encontrados en las distintas excavaciones arqueológicas realizadas a largo del tiempo.
El miércoles 24 de noviembre de 2010 abandonamos la ciudad de El Cairo para tomar vuelo rumbo a Aswan, donde comenzamos el crucero por El Nilo después de visitar su famosa presa que separa el lago Nasser del curso del río. El crucero por El Nilo para mí fue de lo mejor del viaje, navegamos a bordo del barco Nilo Medea, donde estuvimos alojados durante de tres días con toda clase de servicios, confort, bienestar y entretenimiento. Sólo el estar en la cubierta del barco contemplando la impresionante naturaleza de las orillas del Nilo, con su exuberante vegetación, su paisaje con el desierto del Sahara al fondo o sus idílicas puestas de sol africanas, ya compensaba con creces el viaje a Egipto, algo inigualable. Para quién no sea tan romántico y naturalista también podía disfrutar en cubierta de las charlas relajadas, amenas, interesantes e interminables con el profesor Salama que, como él decía, "no pasa nada, puedo estar hablando durante más de veinte siglos".
El crucero transcurrió desde Aswan a Luxor, visitando los monumentos y templos más importantes del recorrido, el Obelisco Inacabado, el templo de Kom Ombo, el templo de Edfu dedicado al Dios Horus (el Dios Halcón) y los impresionantes templos de Karnak y Luxor.
También disfrutamos de una simpática travesía en falúa (típicas barcazas egipcias de navegación a vela) hasta un poblado nubio donde pudimos ver cómo viven estas antiguas poblaciones de los márgenes del Nilo (los nubios), sus casas, sus escuelas, sus costumbres...
No menos interesante fue el viaje en autocar que emprendimos el sábado 27 de noviembre de 2010 desde Luxor a Hurgada. Por la mañana visitamos el templo funerario (de la reina Hatchepsut, los impresionantes Colosos de Memnón y la Necrópolis de Tebas en el Valle de los Reyes donde entramos en tres tumbas faraónicas pudiendo contemplar todo su contenido cultural e histórico reflejado en sus paredes a través de pinturas jeroglíficas y, por supuesto, todo ello explicado de manera descriptiva, académica y exhaustiva por nuestro magnífico guía el doctor Salama.
Todo este arte, la cultura, la historia, la ciencia y Solomo se acabaron al llegar al Mar Rojo, en las cercanías de la ciudad de Hurgada y se sustituyeron por cuatro días de descanso, ocio y divertimento en sus tranquilas playas. En Hurgada nos hospedamos en el magnífico Hotel Caribbean World Resor, construido sobre una superficie de 140.000 metros cuadrados, con grandes y numerosas piscinas y bordeado de una playa privada bañada por las cristalinas y templadas aguas del Mar Rojo.
Desde allí también realizamos distintas actividades, como fue la navegación por los impresionantes arrecifes coralinos poblados por multitud de peces multicolores donde nos bañamos y practicamos snorkel, también emprendimos una excursión al desierto del Sáhara con quads para visitar sus montañas y un poblado beduino allí establecido, paseos a caballo ... y por fin el 3 de diciembre de 2010 nos trasladamos al aeropuerto de Hurgada para emprender el viaje de vuelta a España con previa escala en El Cairo.
Para terminar este relato y no ser pesado sólo me queda comentar que el grupo de personas que realizaron este viaje son extraordinarias, todas de una gran calidad humana, una amabilidad inigualable y una simpatía sin par, tanto es así que por primera vez en todo el periplo de los viajes del Club Cajastur, nuestro querido dirigente Viso no mostró casi en ningún momento un estado de estrés ni preocupación, permaneciendo relajado y tranquilo en todo momento, esto es un hito en la historia del Club, un abrazo amigo Viso.
Bueno, no pretendo ser nostálgico, pero sí quiero aprovechar para dar las gracias a todos los componentes que realizaron este magnífico viaje y deciros que espero seguir disfrutando de vuestra amistad y compañía en las sucesivas salidas de este gran Club de Viajes Cajastur. También, y como no podía ser de otra manera, dar las gracias a Don Juan Díaz Tuñón, gerente de la agencia Malavi quién sin duda fue el artífice de que todo se desarrollase de una manera tan idónea, consiguiendo traernos a casa con todas nuestras pertenencias incluso en pleno parón del aeropuerto de Barajas, motivado por el plantón que nos dieron nuestros amigos los controladores aéreos.
Sólo me queda enviaros un fuerte abrazo y un hasta siempre de vuestro amigo Juan Arechaga.
En Grado, a 16 de diciembre de 2010