Alberto Martínez Santiago Compañero prejubilado de la Caja |
Tras el madrugón (unos más que otros) El bus fue recogiendo a los pasajeros en tiempo y forma. Emprendido el viaje, la primera parada fue para desayunar en Villaquejida.
A media mañana llegamos a Ávila (dos peculiaridades de Ávila: capital de provincia más alta de España y su seña de identidad es la muralla medieval completa). Tras un breve paseo por la Ciudad, comimos en el céntrico restaurante “Puerta del Alcázar”. A las 15:00 h reanudamos la marcha con dirección Illescas, donde hemos tenido el primero de los encuentros que a lo largo del viaje tendríamos con Doménikos Theotokópoulos, genial pintor conocido como el “El Greco”; del que este año se celebra el IV centenario de su muerte. En Illescas visitamos el Hospital-Santuario de Santa María de la Caridad, siglo XVI, hoy convento de monjas franciscanas. En su iglesia existe un magnífico retablo, y altar de plata repujada, obra del propio Greco. Hemos contemplado magnificas pinturas del Greco, alegóricas a la Virgen: la de la propia Virgen de la Caridad, La Coronación, La Anunciación y La Natividad, entre otras. Sobre las 18:30 h salimos para Toledo, donde llegamos a las 19:15 h. Asignación de habitaciones, cena y a descansar.
El grupo con el Centro Histórico de Toledo al fondo. A la derecha el Alcázar (hoy museo militar), a su izquierda la torre de la Catedral, y las cúpulas de las iglesias de Santo Tomé y San Ildefonso. |
Durante las visitas realizadas por diversas localidades de Castilla La Mancha, hemos sido acompañados por Javier, guía turístico, toledano. Sus explicaciones sobre monumentos, arte, arquitectura y singularidades del lugar, resultaron muy amenas e interesantes.
El bus nos recogió a las 9 de la mañana. Con tiempo excelente, Iniciamos el día con una vista panorámica de Toledo. Bordeando el rio Tajo íbamos admirando las construcciones majestuosas del centro histórico de Toledo. Nos paramos en un mirador del margen izquierdo del río para disfrutar de la excelente vista que ofrecía al casco antiguo de la ciudad y aprovechar para hacer fotos.
Toledo es la capital de la Comunidad de Castilla La Mancha. Conocida como la ciudad de las tres culturas. Durante siglos convivieron en ella musulmanes, judíos y cristianos. Su centro histórico conserva la imagen de ciudad medieval, en la que se asientan mezquitas, sinagogas, iglesias, murallas y torreones, testigos de un patrimonio esplendoroso que le ha merecido ser declarada en el año 1986 patrimonio de la humanidad.
Tras la vista panorámica el grupo se concentró en la plaza Zocodover, centro neurálgico de la ciudad. Paseando fuimos hasta la plaza del Ayuntamiento; en este lugar se levanta majestuosa la catedral de Santa María de Toledo. Construida entre 1226-1493, de estilo Gótico. De sus 8 capillas destaca la Capilla del Altar Mayor con su majestuoso retablo, de madera policromada y dorada. Frente al Altar Mayor se encuentra el Coro considerado más hermoso de las Catedrales europeas. De los 5 museos resaltar el del Tesoro, con la grandiosa Custodia Procesional, hecha de oro, compuesta por 5.600 piezas unidas por 12.500 tornillos, también contiene 250 estatuillas de esmaltes y plata dorada. Está coronada por una Cruz de diamantes y una peana del siglo XVIII de plata. Otros de los museos de la Catedral es el de La Sacristía que alberga, entre otros, el famoso cuadro “El Expolio de Cristo”, obra de El Greco. Era comentario generalizado en el grupo de que se trata de una catedral hermosa e impresionante, repleta de obras de arte de incalculable valor.
Desde la catedral nos fuimos hasta la Iglesia de Santo Tomé. En esta Iglesia se encuentra el cuadro mas representativo de El Greco “El Entierro del Conde de Orgaz”. Había tanta cola para entrar que decidimos dejarlo para la tarde.
Atravesando el barrio de la Judería fuimos hasta el mirador del “Transito” donde hicimos un alto para tomar fotos sobre el Tajo. Cerca de allí se encuentra la Iglesia Santa María La Blanca, antigua Sinagoga del siglo XII. Actualmente, en fase de restauración.
Con un breve paseo por las empedradas calles, evitando en lo posible el sol, que pegaba de lo lindo, llegamos al Monasterio de San Juan de Los Reyes Católicos. Este monasterio fue construido entre 1477 y 1526, para la Orden Franciscana, por encargo de Los Reyes Católicos. En la nave central existen unos impresionantes relieves con los blasones de los Reyes Católicos. El claustro está considerado una de las joyas españolas del gótico de transición al renacimiento.
Estaba siendo tan interesante todo lo que estábamos viendo que la jornada matutina se nos pasó muy rápido. Sin haber hecho una sola parada para tomar un refrigerio, dimos por finalizadas las visitas de la mañana. Por el Puente de San Martín (puente medieval del siglo XIV) cruzamos el Tajo, en la otra orilla nos esperaba el bus para llevarnos al hotel. Comida y rápidamente de vuelta al bus para continuar con más visitas por el Centro Histórico de Toledo. Aun quedaba mucho y bueno por ver.
Por la tarde el bus nos acercó a las inmediaciones del Palacio de Congresos de Toledo, donde unas prolongadas escaleras mecánicas nos ayudaron a salvar el desnivel hasta la zona alta de la ciudad. La primera visita fue al Museo de Santa Cruz. Antiguo Hospital de finales del siglo XV, hoy convertido en museo que alberga, entre otras, la exposición sobre “El Greco”. Por razones organizativas del museo la exposición la hemos visto divididos en dos grupos. Mientras un grupo visitaba la exposición el otro contemplaba el claustro y su espectacular escalera. La exposición sobre “El Greco” es toda una maravilla. Cuadros como La Anunciación de la Virgen, los cuadros de los Apóstoles y otros, son una excelente muestra de la prolífica obra de este genio.
Por empinadas calles empedradas, de aspecto medieval, nuestro guía nos llevó hasta uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, la Mezquita del Cristo de La Luz, edificación milenaria de época musulmana (Califato de Córdoba), reconvertida en iglesia (siglo XI) durante el reinado de Alfonso VI. En los jardines de la mezquita hemos podido disfrutar de un breve descanso y de la excelente vista panorámica del Toledo medieval.
En la mañana nos había quedado pendiente de visitar la Iglesia de Santo Tomé. Hacia allí nos dirigimos. En esta iglesia se encuentra una de las obras más famosas y admiradas de El Greco, la conocida como “El Entierro del Conde Orgaz”. El cuadro está en su emplazamiento original desde hace 4 siglos. El propio Señor de Orgaz (Gonzalo Ruiz de Toledo) está enterrado aquí. Las explicaciones del guía nos hicieron conocer de forma didáctica la historia de algunos de los personajes representados en el cuadro y de los pormenores de El Greco en su realización y posterior cobro.
Museo de Santa Cruz. Exposición 'El Greco' |
Nos quedaba una última visita por los espacios Greco. “La más dulce”. Se trataba del Imperial Monasterio de Santo Domingo de Silos (El Antiguo), perteneciente a la orden Cisterciense, fundada en el siglo XI por Alfonso VI. Cuando El Greco llegó a Toledo, fue en esta Iglesia donde realizó sus primeros trabajos; el retablo y algunos de los cuadros son obras suyas. Las monjitas que regentan el Monasterio elaboran el afamado mazapán artesano de Toledo. Muchos de los componentes del grupo no desaprovechó la oportunidad de comprar alguno. ¡y buenos que estaban!.
La jornada de tarde tocó a su fin. Aun quedaba tiempo para tomar un refrigerio y comprar algún recuerdo antes de subir al bus para regresar al hotel. Cena y a dormir.
Amaneció otro día con buen tiempo. Después de desayunar, y según la hora prevista (9:00 h), salimos para CONSUEGRA, a donde llegamos a las 10:00 h. Esta ciudad tiene mucha historia acumulada que le viene desde la época de dominación romana. Lo primero que se divisa al aproximarse a Consuegra, es un cerro que se eleva sobre la ciudad, sobre el cerro se alza el castillo de la Muela (califato de Córdoba, siglo X), Muy próximos al castillo hay 12 majestuosos molinos de viento (siglo XVI).
Marcos, el conductor del bus nos subió hasta el área de los molinos. Hacía algo de frio, un viento fresco y persistente nos aconsejaba ponernos ropa de abrigo. Desde el lugar hay una vista impresionante de la llanura Castellano-Manchega que invitaba hacer fotos en todas las direcciones. Visitamos el interior de uno de los molinos (Todos los molinos de Consuegra tienen nombre. El que visitamos se llama “Bolero”). Un guía local nos explico peculiaridades y funcionamiento. Molinos como estos son los que inspiraron a Cervantes el pasaje de la lucha de Don Quijote de la Mancha contra los Gigantes.
Consuegra. Castillo de La Muela. Al fondo, Molinos de Viento |
A continuación fuimos a visitar el Castillo de la Muela. Castillo de edad milenaria, reconstruido en tiempos del dominio musulmán (Almanzor, siglo X). Nos contó el guía que el castillo tuvo gran importancia estratégica en época medieval, por eso fue pasando sucesivamente de musulmanes a cristianos en distintas batallas. En una de ellas murió el hijo del Cid Campeador, “D. Diego Rodríguez”. Finalmente fue recuperado definitivamente por los cristianos en el siglo XII. La última invasión del castillo fue por las tropas napoleónicas (1809 a 1913). Gran parte del castillo está recientemente restaurada.
Apenas tuvimos tiempo para visitar la localidad de Consuegra. Vimos la Plaza Mayor y poco más. Nos hablaron de una fiesta muy famosa de Consuegra declarada de interés turístico, es la fiesta de la Rosa del Azafrán (mes de Octubre). Sin más, a las 12:45 h salimos para El Toboso
Tras 75 minutos de viaje llegamos a EL TOBOSO, localidad mundialmente conocida como la patria chica de Dulcinea, la dama que fue el amor novelesco de Don Quijote de la Mancha. Antes de ir a comer fuimos a visitar el Centro Cervantino. En este centro se conservan múltiples ediciones del quijote en 47 idiomas diferentes (también en asturiano). Algunas de las ediciones están firmadas por jefes de estado. Tras comprar algunos objetos de recuerdo nos fuimos dando un paseo hasta el restaurante “Dulcinea” donde nos sirvieron la comida.
Por la tarde, la primera visita fue al Convento de las Trinitarias Recoletas, conocido como el “Escorial de La Mancha” (siglo XVII). En este convento vimos su museo, que alberga una importante colección de cuadros e imágenes. A la salida del museo se nos unió al grupo una compañera de nuestro guía Javier, ella se llama “Asen”, muy entendida en temas de Miguel de Cervantes.
Asen nos condujo por calles con casas de corte medieval, en algunas de sus fachadas figuran rótulos alusivos a pasajes de la novela de Don Quijote de la Mancha, pasajes que tienen relación con El Toboso. Como si de un libro virtual se tratase, Asen nos fue adentrando, con pedagógicas explicaciones lo que en los textos de los rótulos aludían a El Toboso.
Visitamos después la Iglesia de San Antonio Abad (siglo XVI); como curiosidad decir que esta iglesia fue citada por Miguel de Cervantes en la novela, cuando dice: <<habiendo andado doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo: Con la iglesia hemos dado, Sancho>>.
Aun nos quedaba una visita más en El Toboso, era el Museo Casa de Dulcinea. Se trata de una casa (siglo XVI) restaurada, que aun conserva parte de su estructura original, con enseres de la época cervantina. Según la tradición, en esta casa vivió doña Ana Martínez Zarco de Morales, quien inspiró a Miguel de Cervantes el personaje de Dulcinea de El Toboso. La casa fue citada en la novela <<¿Sabréisme decir, buen amigo, que buena ventura os dé Dios, donde son por aquí los palacios de la sin par Dulcinea de El Toboso?>>.
Para finalizar la visita a El Toboso, nuestros guías Javier y Asen, nos llevaron a los jardines que hay junto al convento de las Hermanas Clarisas. En estos jardines, considerado por los toboseños como el lugar más poético de la localidad, hay una escultura en memoria de Federico García Sanchíz, escritor enamorado de El Toboso, de España y lo español; que puso de moda la palabra “españolear”. En este lugar hemos tenido otro momento cervantino, que fue cuando Asen nos recitó de memoria la carta de amor que don Quijote hizo llegar por manos de Sancho a Dulcinea. Carta que comienza diciendo <<Soberana y alta señora: El herido de punta de ausencia, [...]>>. Después de su emocionante recitar, Asen, nos invito a que algún varón del grupo leyera la carta que ella traía escrita en un pergamino. Como ninguno de los varones del grupo se ofreció, el guía Javier lo hizo. Aplauso unánime para el lector. Después Asen, para despedirse de nosotros y como recuerdo, le hizo entrega del pergamino a nuestro coordinador (José Antonio Fernández). Aquí y de esta forma tan poética dimos por finalizada la visita a El Toboso.
De regreso a Toledo hicimos una breve parada en TEMBLEQUE, localidad toledana con una gran Plaza Mayor (siglo XVII). De tres alturas, tiene amplios corredores y pórtico de columnas de granito. Con el tiempo justo para contemplar la plaza y tomar un refresco, partimos para Toledo.
Seguimos con buen tiempo. Hoy más calor que días anteriores. Desayuno y al bus (9:00 h). Con hora y media de viaje llegamos a TALAVERA DE LA REINA. Caminando por el Parque de la Alameda llegamos hasta la Basílica de Nuestra Señora del Prado (siglos XVI-XVII). Destacar de esta Basílica la decoración con cerámica de Talavera, sobre todo el retablo de la capilla mayor.
Después de visitar la abadía, nos encaminamos por los Jardines del Prado hasta la Alcazaba donde se encuentran los restos de la fortificación árabe que formó el primitivo recinto amurallado de la ciudad, mandado construir por Abderramán III (siglo IX).
Continuando el camino llegamos al Museo de Cerámica Ruiz de Luna (célebre alfarero de la ciudad, (1863-1945). Es un moderno museo donde se exponen distintas piezas de cerámica que van desde siglo XVI al siglo XX.
Después del museo tuvimos unos minutos de tiempo libre, lo justo para tomar un refresco. El próximo punto de encuentro sería en la Plaza del Pan (se denomina así porque en la antigüedad se vendía aquí el pan en tiempos de carestía). Esta plaza está decorada con mucho motivos de cerámica (bancos, jardineras, parterres, etc.). Aquí se levanta majestuosa la Colegiata de Santa María. No era hora de visita pero unas restauradoras que estaban pintando la puerta principal de la Colegiata nos permitieron el paso. Se trata de una iglesia de los siglos XIV-XV. Dos pinceladas sobre esta iglesia: tiene muchos motivos en cerámica de Talavera y en el claustro está enterrado Fernando de Rojas, autor de la celestina, que luego volveremos a mencionar.
Reunido todo el grupo a la hora convenida, nos dirigimos al punto donde nos esperaba el bus. Por la vera del río Tajo nos dimos buena caminata bajo un cálido sol. Algunos caminábamos en zigzag en busca de la poca sombra disponible. Nadie flaqueó. Una vez estábamos todos a bordo, con algo de retraso, salimos para nuestro próximo destino, que era Malpica del Tajo.
Llegados a MALPICA DEL TAJO, y sin tiempo que perder nos dirigimos a las Bodegas de Osborne. Un guía de las bodegas nos dio la bienvenida en el salón de actos del complejo y mediante una proyección nos hizo una breve presentación de la historia de la compañía y de sus productos (los más importantes: vinos, licores e ibéricos).
A continuación nos subimos en un “trenecito” para dirigirnos a la bodega. En el trayecto pudimos apreciar la inmensidad de los viñedos (700 hectáreas). Ya en la bodega, el guía nos llevó por un largo y ancho pasillo desde el que se podían ver a un lado las salas de los depósitos, barricas y embotellado, y al otro unos paneles luminosos donde se representan las fases del proceso de elaboración del vino (viñedos, vendimia, fermentación, embotellado, etc). Algunos del grupo no perdimos la ocasión de oler algunos de los aromas que se pueden captar en los vinos. Uno que es un neófito no se imaginaba que el vino “en nariz” podría llegar a oler a café, coco, manzana, rosas, entre otros. Al finalizar la exposición nos ofrecieron un “tente en pié” con vino de la casa, que nos vino de perillas, pues eran ya las dos y media de la tarde y había hambre. Un último detalle fue que nos obsequiaron a cada componente del grupo con un “botellín de vino”. Antes de subir al bus algunos no perdieron la ocasión de ir a comprar un recuerdo a la tienda marca Osborne (moda, regalos, complementos,...).
Un poco antes de las cuatro de la tarde llegamos a PUEBLA DE MONTALBAN. El bus nos dejó delante del restaurante “Los Arcos”. Buen menú (paella, salmón, postre y café).
Nada más acabar de comer nos fuimos a dar un paseo por la localidad. Las calles estaban casi desiertas. Solo un grupo de “jubilados” jugando a las cartas a la sombra de un soportal daban vida al pueblo. Por ese mismo soportal accedimos a la Plaza Mayor. Es una plaza con edificios importantes (Ayuntamiento, Palacio de los Condes de Montalbán, Monasterio de las Monjas Concepcionistas y Torre de San Miguel, entre otros). Visitamos la iglesia de las monjas Concepcionistas (siglo XVI). Aprovechamos la ocasión para, a la vez que oíamos las explicaciones de nuestro guía, huir del sol y estar un poco al fresco.
Dando otro paseo nos fuimos hasta el museo de “La Celestina”. En este museo haya varias colecciones: Pinturas alusivas a los personajes de la novela, fotografías, libros de diferentes ediciones de la obra, trajes medievales, y otros enseres de la época.
Una azafata del museo nos desentrañó las interioridades de la obra y nos comentó las vicisitudes que pasó el autor Don Fernando de Rojas, natural de Puebla de Montalban (1470-1541), para publicarla. No tuvo que haber sido nada fácil para él si tenemos en cuenta el argumento picante de la obra y la época en que se escribió (primera edición 1499), tiempos de los Reyes Católicos y de la Santa Inquisición. La azafata nos hizo conocer un poco mejor a “Celestina, Calisto y Melibea”, personajes que Don Fernando de Rojas inmortalizó en su novela con el nombre de “Comedia de Calisto y Melibea”, hoy conocida como “La Celestina”. En la tienda del museo se compraron algunas novelas; unos para leer otros para releer y los demás para regalar.
Ya eran las seis y media de la tarde y aun nos quedaba otro pueblo por visitar. Nuestro coordinador, con buen criterio, propuso volver directamente para Toledo. Como el cansancio ya hacía mella, la idea fue bien recibida; así que todo el mundo al bus y para Toledo. Llegamos con tiempo suficiente para dar un relajado paseo bajo el atardecer toledano, tomar un refresco en la plaza Zocodover, e incluso hacer compras. A la hora convenida, vuelta al bus para regresar al hotel, cenar, hacer maletas y a descansar que nos quedaba el viaje de regreso.
Madrugando lo justo, desayuno, maletas al bus y embarque de pasajeros. Con día claro y buena temperatura iniciamos el viaje. Sobre las 11:00 h ya estábamos en SEGOVIA, delante del Acueducto (acueducto romano siglo II d. C., época del emperador Trajano). Teníamos dos horas para dar una vuelta por la ciudad. Las primeras fotos, como no podía ser de otra manera, fueron al acueducto. El grupo se fue dispersando por las calles. El recorrido hasta la Plaza Mayor está plagado de magníficas casas y monumentos (Casa de los Picos, iglesia de San Martín,...). Desde la plaza se divisa la Catedral (Santa María de Segovia, siglo XVI). Tiempo de tomar un refrigerio en una terraza de la Plaza Mayor. Después tiempo de pasear y visitar edificios emblemáticos de la ciudad (Catedral, Alcázar,...). Fue una pena no disponer de más tiempo para contemplar con más detenimiento esta interesante e histórica ciudad. ¡Habrá que volver en otra ocasión!.
Las 13:00 h fue la hora establecida para reanudar el viaje. Con un sol de justicia, el bus se puso en marcha dirección Campaspero, donde teníamos previsto comer.
A las 14:30 h estábamos en CAMPASPERO (Provincia de Valladolid). Nada más llegar nos fuimos directamente para el restaurante “Mannix”. Un restaurante de referencia entre los asadores de lechazo de Castilla y León. Buen menú con un lechazo al horno de leña que estaba “excelente”. Al finalizar la comida el “asador”, propietario del restaurante, departió un rato con el grupo, y nos agradeció la visita.
Sobre las 16:30 h el bus se puso rumbo al Norte. El viaje estaba próximo a finalizar, pero aun quedaba una agradable sorpresa. Después de la última parada técnica, y para amenizar el último tramo hasta llegar a Asturias, nuestro compañero Jaime Martín, nos obsequió a cada uno con un libreto de canciones populares (Chalaneru, Gijón del Alma, Cielito lindo,...). Como era lógico, tocaba cantar. Bajo la dirección de Jaime, una a una las canciones del libreto fueron saliendo al aire con singular disciplina coral, entonadas por todos los pasajeros.
Sin apenas darnos cuenta ya estábamos en Asturias. Nuestra tierra nos recibió con lluvia y temperatura fresca. En los distintos puntos de destino el viaje tocaba a su fin.
Para finalizar, felicitar a José Antonio por la perfecta coordinación del viaje, haciéndolo extensiva la felicitación, por la parte que les toca, al conductor y al guía, y por último agradecer a los compañeros la cordialidad demostrada durante el viaje que hizo que éste haya sido un verdadero placer.
¡Hasta la próxima!.